Hula.

¿Cuántos giros necesito para retroceder al mundo grandotote de mi niñez?

Elegí la soledad, esa tristeza masoquista en la melancolía de la música. Sobre mi cama llorando letras. Nadie me entendió.

No me dejaron salir y disfrutar escalofríos y adrenalina del aire libre con mis compas, probando la pinche amarga ebriedad.

Esa persona de mis sueños me ignoró, y me disfracé de chica perfecta solo para que su cara se volteara a mi dirección.

Hice una maravilla en mi salón para que mis papás fueran felices conmigo. Para mí, sería mucho.

Camine por la tienda con mis papis por esos pasillos enormes llenas de cosas. Llore, y me tire por ese juguete ¡que quería! ¡Yo lo quería! Pero mis papis me dijeron que no. Nunca me hacen caso de nada.

Erase una vez, no me dejaron jugar con esto. Pero, aquí en mis manos tengo la imaginación, libertad, testarudez. No hare berrinche.
Y ya no cargo sobre mí la fuerza oscura que me detenga de lo que siento.
Como niña de luz del sol.

Jugare.
Girare.


-Sam Visu